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Agricostura: Los invernaderos almerienses y la alta costura
Reciclaje Textil

Elena Funes Suárez

TFEGrado Oficial en Diseño de Moda
Portada Agricostura buena

Agricostura es una colección de moda femenina de Alta Costura que, mediante el soporte artístico que la propia moda produce, pretende narrar la historia que ha acontecido en el campo almeriense.

A pesar de que ya existe diversa documentación que recoge todo el proceso por el que ha pasado la provincia, no es una historia que sea demasiado conocida. Agricostura pretende darle mayor alcance, de una forma en la que no se había hecho hasta ahora.

Pasando por sus tres fases principales, se elaborarán diseños que hablen del pasado, del presente y del posible futuro del sector hortofrutícola. La colección está inspirada en la ciencia, el progreso, la culturalidad y la sostenibilidad.

Nos situamos en el campo almeriense, la principal potencia agroalimentaria que abastece de productos básicos a toda Europa y algunas partes del resto del mundo. Aquí se cultivan alimentos saludables, que poseen fibra, vitaminas y antioxidantes, y se alimentan a más de 500 millones de europeos durante todo el año. Además, el modelo de cultivo bajo plástico, desarrollado en Almería principalmente, es el más repetido en los cinco continentes porque ha demostrado ser el que tiene más éxito, con una cuota del 95%. Es también sostenible y respetuoso con el medio ambiente.

El modelo de cultivo bajo plástico que impera ahora mismo en el poniente y levante almeriense es el denominado “Lucha Integrada”. Este sistema busca integrar el control de plagas utilizando insectos que depredan a la misma, en lugar de los anteriormente existentes productos fitosanitarios, respetando a la misma vez el equilibrio natural del ecosistema que se genera en el interior del invernadero. De esta forma, se cultiva de forma respetuosa con el medio ambiente, la tierra no sufre desgaste y se puede regenerar para su posterior explotación, y los técnicos agrícolas ya no están expuestos a sustancias peligrosas (como sucedía en el pasado). Los principales agentes de cambio fueron los dos insectos Amblyseius Swirskii y Orius Laevigatus, que atacaron a la acuciante plaga de trips.

Por otro lado, existe una problemática que tiene difícil acometida: el plástico. Los invernaderos renuevan su cerramiento exterior cada campaña (cada tres años aproximadamente), y este cerramiento se hace con plástico. Por su naturaleza, y por el contexto geográfico en el que nos hallamos, este se acaba consumiendo por el sol, perdiendo sus galgas (medida de elasticidad y durabilidad), por lo que se hace necesario cambiarlo.

Cuando este plástico se desecha, se deja en el suelo, y un transporte especializado se encarga de llevarlo a una planta de reciclaje. Sin embargo, en Almería los vientos son siempre fuertes, y parte de este plástico acaba por salir volando, convirtiéndose en basuraleza e integrándose en los estratos del terreno o incluso, en el mar. Es de sobra conocido que el plástico tiene una pésima degradación, casi inexistente. Algunos de estos plásticos son: de cubierta, malla de sombreo, hilos de rafia, films de acolchado y de desinfección...

Cuando se adquiere plástico para hacer un cerramiento exterior nuevo, éste se compra por bobinas, que vienen en anchos preestablecidos. Es posible que del total de metros que contienen, algunos no se utilicen, quedando almacenados y sin uso. Se podría decir que son restos preconsumo que únicamente servirían para pequeñas reparaciones, pero que ya no podrían utilizarse para un cerramiento completo; para la siguiente campaña se hace necesario comprar una cantidad nueva entera porque el cerramiento debe ser continuo, para así poder mantener las condiciones óptimas de temperatura y humedad interiores. La colección Agricostura recupera parte de estos materiales y los utiliza combinándolos con tejidos de forma totalmente artesanal.

Por todo lo descrito anteriormente, la historia del cultivo bajo plástico y todo el sistema que ha sido capaz de desarrollar en el silencio, es una historia que merece la pena ser contada. El medio para visibilizarla será a través de una colección de moda que conste de tres fases: pasado, presente y futuro del cultivo bajo plástico, haciendo una apuesta personal a los transgénicos y las herramientas de edición genética CRISPR/Cas

Asimismo, se utilizan elementos propios de esta industria recontextualizados en el diseño de moda, como pueden ser los citados restos postconsumo o la transformación del plástico de desecho en producto de valor. Imprimiendo una narrativa al proyecto, se desarrollarán formas y siluetas que describan y personifiquen la esencia del progreso que esta tierra ha vivido, buscando la excelencia en los acabados y limpieza propios de la Alta Costura.

Por todo ello, es por lo que la colección se titula Agricostura.

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