Este proyecto trata sobre las personas, sobre cómo se sienten y sobre cómo conectarlas.
La inspiración de Joaquín vino de ver cómo los niños juegan en los parques, simplemente disfrutan moviéndose sin un objetivo claro; disfrutar. Al comparar con cómo se comportan las personas adultas, nos damos cuenta de que este tipo de actitud todavía está en nosotros, solo que mucho más oculta.
Por eso llegó a la conclusión de que solo necesitaba crear un espacio que promueva este comportamiento. Pero esto es más fácil decirlo que hacerlo.
Todo partió de crear formas, a partir de ondas sonoras hechas por la gente de la calle. Esas formas, donde diseñar de alguna manera, no es fácil sentarse en ellas, siempre hay que saltar o trepar para encontrar un lugar. Una vez que esté arriba, la única forma de volver a bajar es saltando o deslizándose.
Cada pieza puede tener más de una persona, promoviendo la interacción social en grupos, y la interacción social entre diferentes grupos.